¿Sabías que se estima que el 20% de los casos de disfunción eréctil son de origen psicológico? Y es que nuestra mente tiene una asombrosa influencia sobre las respuestas corporales.
Por norma general, la disfunción eréctil es causada como reacción a una causa física subyacente. Para cada tipo, los especialistas deben proceder de manera diferente.
Para que una erección se produzca intervienen varias partes del cuerpo que tienen que sincronizarse a la perfección. Si la mente falla, todo se viene abajo y como todo problema sin resolver, si lo dejamos avanzar mayor será el efecto bola de nieve.
Pero antes de meternos en materia es necesario que conozcas alguna información sobre el origen y las causas. Si quieres comenzar a buscar un tratamiento te invitamos a que entiendas cómo funciona, a que se debe y cuál es el personal experto que te tratará.
¡Comencemos con el desarrollo de este artículo!
Causas y tratamiento para la impotencia psicológica
El cerebro es una de las partes más desconocidas de la anatomía humana. Su complejidad y reacciones sorprende a diario a los investigadores.
Quizás, te encuentres en la situación de no saber si sufres de disfunción eréctil o impotencia psicológica. Al finalizar este artículo encontrarás un test online y gratuito que te podrá sacar todas las dudas, ¡no dejes de hacerlo!
Es normal que los pacientes no consigan identificar el motivo. Desde abusos en la infancia hasta traumas sexuales, todo puede intervenir. No obstante, las más comunes son:
Estrés: la gran epidemia de nuestro siglo. El acelerado ritmo que estamos obligados a llevar promueve un estilo de vida lleno de ansiedades, miedos y estados negativos. Preocupación por el trabajo, desconcierto por una crisis económica o el malestar en nuestras relaciones, todo suma.
Desconcierto por nuestro desempeño sexual: es habitual que algunos hombres pasen por un episodio puntual de impotencia y se preocupen demasiado. Cuando sucede, el individuo no para de dar vueltas a la idea de que volverá a fallar, provocando un bloqueo que le impide tener la erección.
Culpabilidad: algunas personas pueden sentirse responsables de no satisfacer las necesidades sexuales de su pareja. Esto también guarda relación con el punto anterior.
Depresión: afecta a más de 300 millones de personas en el mundo. Repercute física y psicológicamente a quienes la padecen y la impotencia es un rasgo frecuente. Es corriente que los afectados presenten disfunciones sexuales, aún teniendo ganas de mantener relaciones. Las alteraciones químicas de la enfermedad sumado a algunos efectos secundarios de la medicación están relacionados en gran medida.
Abusos infantiles: las personas que han sufrido abusos en su infancia son propensas a perder interés por el sexo, desconfiar y desarrollar impotencia.
Drogadicción: el cuerpo humano reacciona a las drogas de múltiples formas. Con relación a la sexualidad, las personas pierden el deseo de tener sexo y otras no reciben la respuesta corporal apropiada. Todas las drogas pueden acarrear dificultades sexuales. No obstante, las inmunosupresoras como el alcohol tienen mayor prevalencia.
Importancia del tratamiento para la impotencia psicológica
La urgencia de tratarse radica en el carácter progresivo de estos trastornos. Cuanto más se dejan, peores consecuencias traen. No avergonzarse de sufrirlas es el primer paso.
Si nos ponemos en manos de especialistas evitaremos sufrir alguna consecuencia posterior, fruto de abandonarnos a nuestra suerte. Sin duda alguna, un sexólogo es tu mejor opción. Este puede mejorar la calidad de tus relaciones íntimas gracias a su conocimiento en la materia.
Una pregunta frecuente que vamos a resolver: ¿Qué es un sexólogo? La mayoría de los sexólogos tienen una formación universitaria en ciencias de la salud, educación o ámbitos sociales (Enfermería, Medicina, Trabajo Social, Pedagogía o Psicología)
Recomendaciones generales
Recurre siempre a estos profesionales que se especializan en estudiar la sexualidad y su ayuda te podrá brindar una mejora adecuada. Las clínicas de salud sexual masculina tienen expertos en esta materia con los que mejorar es mucho más sencillo.
¡Y no olvides realizar el test que se encuentra aquí debajo!
Artículo validado por Juan Manuel Martinez Preciado, Médico Cirujano con Maestría en Sexología clínica, integrante del grupo de dirección médica internacional Boston Medical Group.
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