Día Mundial contra el Cáncer: hablemos sobre el cáncer de próstata

El 4 de febrero se conmemora el #DíaMundialContraElCáncer, con el fin de sensibilizar sobre los signos y factores de riesgo del cáncer que cobra la vida de miles de personas cada año. Según el Instituto Nacional de Salud Pública, el cáncer de próstata es el más frecuente en hombres en México. En el #DíaMundialContraElCáncer, hablemos sobre el cáncer de próstata, cómo prevenirlo, cómo afecta la vida sexual de un hombre y qué alternativas tenemos para seguir disfrutando del sexo después del tratamiento.

Acompáñanos en este desarrollo: cáncer de próstata, y conoce mejor cómo prevenir esta enfermedad.

Conoce tu próstata

Después de los 65 años, dos de cada tres casos de cáncer en varones, son en la próstata, afirma la Sociedad Mexicana de Urología Colegio de Profesionistas, A.C.

Explican los expertos en salud sexual masculina de Boston Medical Group, que el tamaño de la próstata puede cambiar como parte normal del proceso de envejecimiento. Sin embargo, existen factores hereditarios o de riesgo -como el tabaquismo y los esteroides-, que pueden generar un crecimiento anormal de esta glándula y/o desarrollar cáncer.  

¿Dónde se ubica la próstata?

La glándula prostática se ubica debajo de la vejiga y su función principal es producir el líquido seminal que nutre y transporta el esperma. Cuando las células en este órgano crecen de forma descontrolada, el resultado es el cáncer de próstata. 

Las causas no se conocen con exactitud, pero se sabe que la incidencia es mayor en hombres de edad avanzada o con antecedentes familiares de cáncer.

En general, cualquier factor que acelere el crecimiento de las células, incrementa las probabilidades de cáncer de próstata. Los andrógenos como la testosterona, por ejemplo, promueven el crecimiento celular prostático. 

La American Cancer Society explica que casi todos los cánceres de próstata son adenocarcinomas, es decir, “carcinomas que se originan en las células que constituyen el revestimiento interno de las glándulas de secreción externa. En el caso del cáncer de próstata, los adenocarcinomas se desarrollan en las células que producen el líquido prostático que se agrega al semen.”

Tipos de cáncer de próstata

Sin embargo, hay otros tipos de cáncer menos comunes que se originan en la próstata:

• Carcinomas de células pequeñas.
• Tumores neuroendocrinos (aparte de los carcinomas de células pequeñas).
• Carcinomas de células transicionales.
• Sarcomas.

Cabe señalar que la mayoría de los cánceres de próstata se desarrollan lentamente y se limitan a la glándula prostática, sin extenderse a otros órganos ni causar un daño mayor. 

De hecho, estudios realizados en autopsias revelan que algunos hombres de edad avanzada fallecidos por otras causas, pueden padecer cáncer de próstata sin haberse enterado que lo tenían, pues nunca presentaron síntomas. 

De cualquier forma, nunca es bueno confiarse, ya que el cáncer de próstata se comporta de forma diferente en cada paciente, dependiendo de los factores de riesgo y no se descarta que las células malignas puedan extenderse y crecer rápidamente. 

Si se detecta en forma temprana, el cáncer de próstata tiene altas probabilidades de ser tratado exitosamente. Por eso es muy importante realizar revisiones anuales a partir de los 40 años de edad.

Prueba de detección de cáncer de próstata

Un diagnóstico a tiempo aumenta potencialmente las probabilidades de cura. 

La prueba de antígeno prostático en sangre (PSA) y el examen digital rectal, son las principales herramientas de tamizaje o screening  que pueden generar la sospecha de un cáncer para lo cual ya se realizarán otras pruebas que confirman o descartan el diagnóstico.

Al respecto, el Dr. José Benítez, director médico de Boston Medical Group afirma: “para detectar a tiempo el cáncer de próstata hay que realizar controles y revisiones a partir de los 40 años. En el caso del testicular, el mejor consejo es pedir cita al especialista en cuanto se noten molestias o la aparición de algún bulto en los testículos que normalmente no existía. En ambos casos es fundamental acudir urgentemente al médico si hay sangre en la orina o el semen”.

Por su parte, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, informan que a cierta edad, se debe buscar la presencia de cáncer de próstata antes de que éste produzca síntomas, independientemente de los factores de riesgo.

Las pruebas que se usan comúnmente para detectar el cáncer de próstata, son:

• Prueba del antígeno prostático específico.

Un análisis de sangre llamado prueba del antígeno prostático específico (PSA, por sus siglas en inglés) mide el nivel de este antígeno en la sangre. 

El PSA es una sustancia que produce la próstata. Los niveles de PSA pueden ser más elevados en los hombres que tienen cáncer de próstata. 

Existen otras afecciones que también podrían elevar los niveles del PSA en la sangre: algunos procedimientos médicos, el uso de ciertos medicamentos, agrandamiento de la próstata –hiperplasia prostática benigna– o infecciones en esta glándula. Pero, como regla general, mientras más alto sea el nivel del antígeno en la sangre, mayor será la probabilidad de presentar problemas de próstata. 

Si los resultados de la prueba de antígeno prostático en sangre son anormales, el médico podría solicitar una biopsia para confirmar o descartar el diagnóstico de cáncer.

• Prueba de tacto rectal.

Sí, sabemos que a nadie le gusta. Este examen consiste en insertar un dedo enguantado y lubricado en el recto del hombre para sentir si hay algo anormal en la próstata. 

En los últimos años, se ha detectado un aumento de casos de cáncer de próstata en hombres jóvenes. Es probable que esto se deba al estilo de vida o a más probablemente a que hoy en día, los hombres se realizan más pruebas. La intervención oportuna permitirá tener más opciones de tratamiento, salvar la vida y recuperar lo antes posible, la función sexual.

Si quieres leer más sobre el tema entra a este enlace: Cáncer de próstata en hombres jóvenes. Los trastornos sexuales que causa el tratamiento, tienen solución

Síntomas del cáncer de próstata

En sus primeras etapas, el cáncer de próstata puede ser asintomático. El síntoma más significativo puede ser un cambio en la micción.

Sin embargo, existen síntomas que se manifiestan en un estado avanzado de la enfermedad, por lo cual debe buscarse atención médica inmediata.

• Incontinencia urinaria.
• Aumento de la frecuencia en la micción.
• Dificultad para orinar o ardor al hacerlo.
• Disminución en la fuerza del flujo de la orina o interrupción del chorro.
• Sangre en la orina.
• Sangre en el semen.
• Dolor de huesos.
• Pérdida de peso sin motivo.
• Disfunción eréctil.

Algunos de estos síntomas pueden confundirse con una infección. Pero ante cualquier anomalía, se debe acudir con el urólogo, este profesional de la salud deberá ordenar de inmediato los análisis que descarten o confirmen el cáncer de próstata.

Tratamientos para el cáncer de próstata

El tratamiento adecuado para el cáncer de próstata se elige con base en las circunstancias de vida del paciente. Por ejemplo, en un hombre de edad avanzada o con salud muy frágil, la cirugía podría ser un riesgo mayor e innecesario.

La opción en este tipo de casos puede ser no tratar el cáncer, pero sí controlar estrictamente su crecimiento. 

Pero si se trata de un hombre joven que desea tener familia, los médicos deben considerar otro tipo de alternativas teniendo esto en cuenta. 

La mayor incidencia de cáncer de próstata se presenta en hombres mayores de 60 años que muchas veces, deben ser sometidos a una prostatectomía radical.

La prostatectomía radical consiste en retirar la próstata, además de parte del tejido circundante y algunos ganglios linfáticos. En ocasiones se recomienda combinar con otros tratamientos como la quimioterapia o radiación.

Las complicaciones potenciales de una prostatectomía radical incluyen la incontinencia urinaria y la disfunción eréctil. La primera puede tratarse con rehabilitación y medicamentos que ayudan a controlar la orina. En casos más extremos, es necesario implantar un esfínter urinario artificial alrededor de la uretra. 

La radioterapia se basa en el uso de energía de alta potencia para destruir las células cancerosas y puede ser externa o interna.

• Radiación externa. Es una opción para tratar el cáncer limitado a la próstata. La máquina se mueve alrededor del cuerpo, dirigiendo rayos X o protones, a la zona del cáncer. La cantidad de radiación y el tiempo que dure el tratamiento, dependerá de la gravedad del cáncer. También puede usarse después de la cirugía para destruir cualquier célula cancerosa que haya quedado o si existe riesgo de que el cáncer puede diseminarse o recurrir. 
• Radiación interna (braquiterapia). Consiste en colocar fuentes radioactivas del tamaño de un grano de arroz que se introducen en el tejido prostático, una especie de semillas radioactivas. Las semillas administrarán una dosis baja de radiación durante un período prolongado. 

Las técnicas de radioterapia han avanzado mucho y eso permite que los efectos secundarios sean menos agresivos y frecuentes. Pueden aparecer a nivel urinario, digestivo o sexual. 

Por otra parte, la quimioterapia es uno de los procedimientos más comunes para tratar cualquier tipo de cáncer, incluido el de próstata. 

A diferencia de la radioterapia que se aplica de forma localizada, la quimioterapia actúa en todo el cuerpo por lo que, durante el tratamiento, el paciente sentirá malestares fuertes como cansancio excesivo, náuseas, problemas intestinales o de vejiga, dolor u otros cambios como la pérdida del cabello. 

La quimioterapia también puede disminuir el nivel de testosterona, lo que puede derivar en disfunción eréctil y ausencia de deseo sexual.

Trastornos sexuales causados por los tratamientos de cáncer de próstata

Los tratamientos para el cáncer de próstata como la cirugía, la radiación o la quimioterapia, pueden dejar secuelas a nivel sexual, lo que implica que el paciente deba adaptarse a ciertas circunstancias. 

Uno de los posibles efectos secundarios de la cirugía de próstata, por ejemplo, es la disfunción eréctil, pues resulta difícil preservar los nervios que intervienen en la erección.

La disfunción eréctil después de una prostatectomía radical, puede ser permanente. Pero la buena noticia es que la medicina sexual brinda alternativas para que la persona siga disfrutando de relaciones sexuales completas.

Así lo afirma el Dr. José Benítez: “durante los últimos seis meses hemos tratado a 68 pacientes operados de próstata y con problemas de disfunción eréctil. Durante este periodo, el 88% volvieron a tener relaciones sexuales satisfactorias gracias a los tratamientos prescritos y adaptados a sus condiciones. (Sin embargo), es muy importante iniciar un tratamiento rehabilitador de la erección lo más pronto posible después de la cirugía (siempre que el doctor que le ha intervenido haya autorizado el inicio de la vida sexual del paciente) debido a que la entrada de sangre en el pene constituye la oxigenación del órgano. Si transcurre demasiado tiempo sin que se produzcan erecciones, el tejido muscular de la erección puede acabar transformándose en un tejido fibroso que aboque a un proceso irreversible”.

Una alternativa viable para recuperar la función eréctil en pacientes con cáncer de próstata, es la farmacoterapia intracavernosa, que consiste en la inyección o supositorios de medicamentos vasodilatadores directamente en el pene.

La ventaja que ofrece este tipo de tratamiento para la disfunción eréctil, es que sólo actúa en el pene, no en todo el organismo como ocurre con los medicamentos orales. Es muy segura y eficaz.

En cuanto a la radioterapia, también causa disfunción eréctil, que puede presentarse incluso años después del tratamiento. 

¿Cómo puede afectar la quimioterapia a tu vida sexual?

La radiación puede afectar los nervios de la región pélvica o bloquear el flujo sanguíneo hacia el pene (los vasos sanguíneos pierden su capacidad elástica por el tejido cicatricial en los vasos). Sin embargo, en la mayoría de los casos, la función eréctil se recupera después de un periodo de rehabilitación una vez terminado el tratamiento. Lee más aquí: ¿Las terapias del cáncer de próstata pueden provocar trastornos sexuales irreversibles?

En cuanto a cómo afecta la quimioterapia tu vida sexual, es muy probable que haya una pérdida importante de la libido o que exista dificultad para lograr una erección al recibir quimioterapia. 

Varios de los medicamentos usados en quimioterapia, reducen los niveles de testosterona. Consulta con tu médico acerca de tu salud sexual. Seguramente te dirá que, una vez finalizado el tratamiento, los niveles de testosterona se regularizan y podrás recuperar la función sexual en unas cuantas semanas.

La quimioterapia también tiene efectos secundarios como fatiga, aumento de sangrado o un mayor riesgo de contraer infecciones. Por lo que es posible que el médico recomiende evitar las relaciones sexuales durante ese periodo o que no sientas deseos de hacerlo. 

Una vez concluido el tratamiento, convendría buscar ayuda terapéutica para atender las secuelas emocionales que la enfermedad y un tratamiento agresivo como la quimioterapia, pudieran dejar. 

Realiza una consulta a tiempo

En el #DíaMundialContraElCáncer, hablemos sobre el cáncer de próstata, hagámonos un examen y reduzcamos el riesgo llevando una vida sana.

Si tienes dudas, consulta con los expertos de Boston Medical Group sobre ésta y otras afecciones sexuales masculinas.

¡Hasta pronto!

Artículo validado por Juan Manuel Martinez Preciado, Médico Cirujano con Maestría en Sexología clínica, epidemiólogo, integrante del grupo de dirección médica internacional Boston Medical Group.