Dicen que las experiencias cercanas a la muerte nos ayudan a poner nuestras prioridades en perspectiva. Al enfrentarnos a lo inevitable, solemos ver lo que nos hubiera gustado hacer, y desearíamos tener más tiempo para palomearlo en la Bucket List.
¿Y qué hay del sexo? Eros (vida) vs. Thánatos (muerte). Las relaciones sexuales son un acto de apego a la vida. ¿Qué clase de sexo tenemos cuando creemos estar cerca de la muerte? ¡Prepárate para conocer la respuesta en este artículo!
¿Cómo sentimos la cercanía a la muerte?
Para algunos, la crisis sanitaria generada por la COVID-19 fue una experiencia cercana a la muerte, lo que causó mucha ansiedad e incertidumbre.
El impacto ha sido fuerte en todos los aspectos de nuestra vida: trabajo, relaciones sociales, cultural, pareja y sexo.
Hoy sabemos un poco más sobre las secuelas que puede dejar a mediano y largo plazo el virus SARS-CoV-2. Se calcula que en la mayoría de los casos (80%), los pacientes post-COVID sólo presentan síntomas respiratorios leves.
Pero ahora empiezan a aparecer signos de que la COVID-19, pudo haber alterado otras funciones del organismo más allá del sentido del olfato o del gusto. ¿La COVID-19 puede causar disfunción eréctil? ¿Afecta nuestro desempeño sexual? ¿Cómo retomar la vida íntima después de padecer la enfermedad?
Como de un mal sueño, nos despertaremos un día y todo volvió a “la normalidad”, pero nunca volverá a ser como antes. Sería un auténtico desperdicio olvidar todo lo que esta situación haya podido enseñarnos sobre nuestra vida actual, lo que hicimos mal y lo que nos hubiera gustado hacer mejor.
No son pocas las parejas que, enfrentadas a esta nueva situación, han aprovechado para tener la conversación sobre su vida sexual que llevaban mucho tiempo posponiendo: ¿Éramos suficientemente felices antes de que todo esto sucediera? ¿Estábamos viviendo nuestra vida sexual o nuestra relación de pareja en los mejores términos posibles? ¿Estábamos realmente satisfechos?
Las fantasías sexuales que antes no nos atrevíamos a abordar
Motivados por el miedo a la muerte y la incertidumbre, pensamos que tal vez debamos dar un paso adelante y hacer realidad esas fantasías sexuales que, antes de la pandemia, sólo estaban en la mente.
Con tanto tiempo a solas y encerrados en casa, muchos pusimos sobre la mesa las fantasías ocultas.
Hoy más que nunca, tenemos miedo de perder la oportunidad, de no haber vivido a tope y de perdernos de algo.
Esto no significa que antes fuéramos infelices con nuestra vida sexual, pero la conciencia de que somos finitos, puede darnos ese “empujón” para ampliar nuestros horizontes eróticos.
Las fantasías sexuales son deseos que, muchas veces, queremos traer al mundo real, pero tememos compartirlos por miedo a ser juzgados o incluso, por falta de tiempo para el amor.
Estamos acostumbrados a trabajar largas horas y luego, derrumbarnos en el sillón exhaustos, demasiado distraídos como para poner en marcha nuestros mecanismos de fantasía sexual.
Sin embargo, este periodo de inactividad forzada nos devolvió el tiempo para experimentar, desde prácticas sexuales hasta la forma de ganarnos la vida.
De acuerdo con el periodista y corresponsal de guerra Chris Hedges, autor del libro War Is a Force That Gives Meaning (La guerra es una fuerza que nos da sentido) durante los períodos de caos y agitación, puede darse una especie de “lujuria frenética” que nos empuja hacia un “erotismo que recorre todas las relaciones”.
Esto no significa que todo el mundo se ponga “caliente” cuando las cosas se ponen mal, pero hacerlo es natural.
Un estudio realizado en 2017 y publicado en the Journal of Sexual Medicine, intentó explicar el porqué. Entre sus conclusiones, teoriza que “el sexo está a menudo imbuido de significado como un antídoto ante el miedo a la muerte, y que la ansiedad de muerte puede actuar como un poderoso catalizador para el cambio.”
“Haz el amor, no la guerra”
Para hacer “el amor en tiempos de cólera”, hay que ponerse sexys pero, además, ser mucho más estrictos con la higiene.
Ya que nos hemos familiarizado con el uso de desinfectante, el cubrebocas, el Lysol en el colchón y las almohadas, la ventilación en la recámara y cualquier otra medida que aumenta la sensación de seguridad, no nos olvidemos del uso del condón.
Según las autoridades sanitarias, la distancia de seguridad mínima es de dos metros; la OMS se da por satisfecha con la mitad. Un metro de distancia imposibilita los besos, el misionero y muchas otras cosas, pero deja lugar para posturas sexuales como el 69, el perrito o la vaquera inversa. Puedes leer más aquí: Posturas sexuales para todos los gustos y necesidades
La pandemia
La pandemia permitió a las parejas bajar el ritmo de trabajo fuera de casa y dedicar más tiempo a los momentos íntimos, aunque sólo temporalmente.
Afirma la terapeuta sexual Emily Jamea (Texas, EE.UU.): “inicialmente, la pandemia dio a la gente la oportunidad de volver a conectar de una manera que quizás antes sólo podían hacer en vacaciones, pero a medida que la pandemia avanzaba, empezó a pasar factura a las relaciones íntimas. Para la mayoría de las parejas, el deseo sexual cayó en picado.”
Según un artículo de la BBC, estudios realizados en Turquía, Italia, India y EE.UU. confirman que, en 2020, hubo un descenso de las prácticas sexuales, tanto en pareja como en solitario, directamente atribuido al confinamiento.
“La gente estaba demasiado estresada”, afirma Justin Lehmiller, psicólogo social e investigador del Instituto Kinsey (EE.UU.), autor del estudio. El confinamiento creó una atmósfera de incertidumbre y miedo.
Muchos experimentamos ansiedad, inseguridad económica y otros cambios de vida importantes.
El estrés, además de los problemas que genera el pasar demasiado tiempo con otra persona en un espacio cerrado y reducido, contribuyó al descenso de la vida sexual de las parejas.
La COVID-19 ha demostrado ser tóxico para la sexualidad, incluso generó trastornos sexuales como disfunción eréctil y ausencia de deseo.
Puedes leer también: Efectos secundarios del COVID-19 y su relación con un aumento de casos de disfunción eréctil
¿Seremos capaces de volver a nuestra normalidad sexual o el daño es permanente?
Depende de cada pareja. Quizás nuestra vida sexual no es perfecta, pero siempre se puede mejorar.
Un regalo tan valioso como seguir respirando, estar sanos, tener un nuevo trabajo, mirar a tu alrededor desde afuera y desde adentro, seguir teniendo erecciones o la cercanía de la muerte, nos harán replantearnos lo que significa disfrutar del sexo.
Hay que dar gracias, celebrar y disfrutar haciendo el amor y no la guerra. ¡A disfrutar!
Artículo avalado por Héctor Corredor, Médico Cirujano especialista en Urología con Maestría en Sexología Clínica, Director médico internacional en Boston Medical Group.
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