El colesterol alto es un marcador de riesgo cardiovascular. Desafortunadamente, se trata de una enfermedad silenciosa. Pero existe un indicador imposible de ignorar, que no avisa si podemos tener el colesterol y los triglicéridos elevados: el pene. El colesterol alto y la disfunción eréctil mantienen una relación peligrosa. Entérate de cómo influye el colesterol alto en los problemas de erección para que tomes tus precauciones y puedas atenderlo a tiempo.
Colesterol alto
El mayor estudio de los niveles mundiales de colesterol realizado por cientos de investigadores de diversas nacionalidades y dirigido por el Imperial College London, revela que el colesterol alto es responsable de aproximadamente 3,9 millones de muertes en todo el mundo.
El colesterol es una sustancia grasa natural (lípido) presente en todas las células del organismo humano. El hígado produce todo el colesterol que el cuerpo necesita para formar las membranas celulares y producir ciertas hormonas. También está presente en algunos alimentos.
Entre las funciones del colesterol podemos mencionar:
- Interviene en la formación de ácidos biliares, indispensables para digerir las grasas.
- Los rayos solares lo transforman en vitamina D, que protege la piel de agentes químicos y evita la deshidratación.
- Formar ciertas hormonas sexuales y tiroideas.
Según explica la Fundación Española del Corazón, la sangre transporta el colesterol del intestino o el hígado a los órganos que lo requieren, uniéndose a partículas llamadas lipoproteínas.
Las lipoproteínas de baja densidad (LDL) conducen el nuevo colesterol desde el hígado a todas las células de nuestro organismo; mientras que las lipoproteínas de alta densidad (HDL), recogen el colesterol no utilizado y lo devuelven al hígado para su almacenamiento o excreción al exterior a través de la bilis.
Con base en esta interacción, el colesterol se clasifica en dos tipos:
- Colesterol malo. Este tipo de colesterol, al unirse a la partícula LDL, se deposita en las paredes de las arterias formando placas de ateroma (lesiones focales características de la aterosclerosis que se inician en la capa más interna de una arteria).
- Colesterol bueno. Al unirse a la partícula HDL, transporta el exceso de colesterol al hígado para ser eliminado.
Niveles de colesterol
La medición del colesterol se expresa en miligramos por decilitro (mg/dl). Lo óptimo es mantener un nivel inferior a los 200 mg/dl.
Entre 200 mg/dl y 239 mg/dl se considera elevado, aunque controlable. Lo aconsejable es reducirlo.
De 240 mg/dl en adelante, el colesterol está muy elevado y se vuelve peligroso.
Para ser más claros, la misma Fundación indica los niveles normales de colesterol total:
- Normal: menos de 200 mg/dl
- Normal-alto: entre 200 y 240 mg/dl. Se considera hipercolesterolemia a los niveles de colesterol total superiores a 200 mg/dl.
- Alto: por encima de 240 mg/dl
Colesterol LDL (malo)
- Normal: menos de 100 mg/dl
- Normal-alto: de 100 a 160 mg/dl
- Alto: por encima de 160 mg/dl
Lo recomendable es mantener el colesterol LDL por debajo de los 100 mg/dl; en algunos casos, debe ser incluso menor de 70 mg/dl; aunque esta recomendación aplica para personas con alto riesgo de enfermedades cardíacas y son admisibles cifras más altas según la medición del riesgo y la presencia o no de otras enfermedades.
Colesterol HDL (bueno)
- Normal: superior a 35 mg/dl en el hombre y 40 mg/dl en la mujer.
El colesterol alto causa disfunción endotelial
El endotelio es la capa que separa los tejidos de la sangre y está formado por células que realizan funciones fundamentales para la circulación de la sangre.
Es la barrera que “filtra” lo malo y deja pasar lo bueno, es decir, mantiene un balance perfecto entre la vasodilatación (cuando las venas o arterias se abren o dilatan) y la vasoconstricción (cuando las arterias o venas se angostan o cierran). Esto se llama homeostasis vascular.
La vasodilatación está asociada a propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y antitrombóticas: nada se oxida, nada se inflama, no hay trombos o coágulos.
La vasoconstricción, por el contrario, se relaciona con lo prooxidante, proinflamatorio y procoagulante: cuando las arterias se cierran o constriñen, se forma óxido, se inflaman y se forman trombos.
La disfunción endotelial es la pérdida del equilibrio entre estas dos funciones, la alteración funcional del endotelio provoca que el estado vasoconstrictor sea el predominante y como consecuencia, hay problemas en el flujo sanguíneo.
¿Qué tiene que ver esto con el pene?
Es precisamente la disfunción endotelial lo que causa padecimientos como aterosclerosis, trombosis, accidentes cerebrovasculares, infartos y disfunción eréctil de origen vascular.
Según cifras de Boston Medical Group, alrededor del 60% de los casos de disfunción eréctil de origen fisiológico, se debe a problemas vasculares, es decir, a un mal funcionamiento en las arterias, venas y/o vasos capilares: disfunción endotelial.
Colesterol arriba, el pene abajo
Se ha encontrado que los varones con padecimientos cardiovasculares o enfermedades que afectan el sistema circulatorio como la diabetes mellitus, hipertensión, colesterol o triglicéridos altos, tienen mayores probabilidades de presentar disfunción eréctil, especialmente después de los 40 años.
Sin embargo, también puede ocurrir al revés: la disfunción eréctil puede ser el primer síntoma de una enfermedad cardiovascular no diagnosticada.
Lo anterior puede explicarse por el mecanismo que activa una erección: el cerebro envía señales (deseo) que, al recibir el estímulo a través de los sentidos o la imaginación (excitación), libera neurotransmisores y hormonas (dopamina, serotonina, etc.) además de óxido nítrico.
El óxido nítrico es un compuesto que genera el organismo y cumple la función de vasodilatador, es decir, dilata las paredes de las arterias para permitir el libre flujo de sangre a los órganos, entre éstos, el pene.
Las arterias que se encuentran en los cuerpos cavernoso se relajan para dejar entrar la sangre con mayor presión y así, producir la erección.
Si el endotelio no está cumpliendo adecuadamente con su función, las arterias se estrechan, la sangre no pasa fluidamente y la erección sencillamente no se produce o es muy débil.
Es por eso que a los pacientes que acuden a consulta por problemas de erección, debe realizarles una revisión minuciosa de su historia clínica, análisis de laboratorio y hábitos de vida. En caso de detectarse una enfermedad asociada a la disfunción eréctil, será necesario tratar ambas.
Colesterol y riesgo cardiovascular
La Sociedad Española de Cardiología indica que “la disfunción eréctil se considera un factor de riesgo cardiovascular, siendo un importante predictor de enfermedad coronaria.”
A partir de los 45 años, las enfermedades coronarias y otras patologías asociadas como la hipertensión, diabetes, obesidad y dislipidemia (concentración elevada de lípidos: colesterol, triglicéridos o ambos o bien, baja concentración de colesterol bueno), se hacen presentes y podrían llevar a un evento cardiovascular.
Existen publicaciones en donde se ha sugerido que la disfunción eréctil puede ser el aviso de un futuro infarto. Sin embargo, indican los expertos en salud sexual masculina de Boston Medical Group, un hombre con problemas de erección tarda un promedio de cuatro años en buscar atención médica.
Por su parte, la Sociedad Española de Cardiología informa que la disfunción eréctil se presenta alrededor de dos o tres años antes de la angina de pecho, y la aparición de eventos cardiovasculares, entre tres y cinco años. Si bien esta no es una sentencia, la prevalencia es lo bastante alta como para considerarlo un patrón.
La prevalencia de enfermedad cardiovascular, según la American Heart Association, indica que en los varones:
- De 45-54 años, es del 6,7%
- De 55-64 años, del 13,1%
- Entre 65-74 años, del 17,7%
- Mayores de 75 años, del 18,6%
Esto independientemente de los factores de riesgo o la presencia de disfunción eréctil. Puedes leer más sobre este tema aquí: Prevalencia y asociación de factores de riesgo cardiovascular en hombres con disfunción eréctil
Otro aspecto importante a observar es la relación entre la los factores de riesgo cardiovascular y los de disfunción eréctil (los primeros, evaluados por el Grupo de Investigación Clínica de Boston Medical Group, Elexial Research, Bogotá, Colombia, junto con la Fundación Clínica Shaio):
- Sobrepeso y obesidad 70,9%
- Edad superior a 45 años* 60,0%
- Hiperlipidemia 25,0%
- Hipertensión 21,3%
- Consumo de tabaco 17,7%
- Diabetes* 16,1%
- Antecedente de infarto agudo de miocardio 2,2%
- Antecedente de alguna enfermedad cardiovascular diferente a infarto 1,6%
*La diabetes y la edad son factores que aumentan el riesgo de severidad de la disfunción eréctil.
Colesterol alto y disfunción eréctil, relaciones peligrosas
El Dr. José Benítez Molina, director médico de Boston Medical Group, explica el caso de un paciente (58 años) que padece disfunción eréctil desde hace 2 años sin causa evidente: “el análisis de sangre de este hombre, aparentemente sano, mostraba niveles de colesterol LDL (malo), por encima de los 310 mg/dl.” este hallazgo por supuesto no demuestra sea esta la causa pero si es un dato que debe tenerse en cuenta para el manejo integral de su problema, lo cual va a mejorar su pronóstico tanto desde el punto de vista cardiovascular como para su función sexual.
“Un diagnóstico más preciso con Doppler arterial reveló, además, un déficit circulatorio del fluido sanguíneo en las arterias cavernosas de los cuerpos cavernosos del pene.”
Como ya explicamos, el organismo se encarga de mantener el equilibrio del colesterol total entre el hígado y la sangre, pero cuando los niveles de colesterol malo (LDL) aumentan considerablemente, se produce lo que conocemos como hipercolesterolemia.
“La hipercolesterolemia puede deberse a dos factores: por ingesta abundante de grasas de origen animal o por herencia genética, también puede ser secundaria a otras enfermedades (como diabetes)”, explica el Dr. Benítez.
¿El colesterol alto obstruye las arterias?
El colesterol alto obstruye las arterias, limitando la cantidad de sangre que fluye a todo el organismo, con consecuencias negativas para todo el cuerpo, pero particularmente, para el corazón y por tanto, a las arterias del pene.
En cuanto al paciente, se le indicó un tratamiento “de choque”: primero con fármacos potentes que mejoran la disfunción eréctil, otros medicamentos para que el hígado sintetice menor cantidad de colesterol, y finalmente, fármacos destinados a disminuir la absorción de colesterol todo junto a cambios de su estilo de vida, además, se controló estrictamente su dieta para eliminar los niveles patológicos de colesterol malo en sangre.
¿Cómo evitar el colesterol alto y la disfunción eréctil?
La mejor manera de reducir el riesgo de la disfunción eréctil y el colesterol alto, es llevar un estilo de vida saludable: una dieta sana, reducir o eliminar el consumo de alimentos grasos y azucarados, evitar el consumo de tabaco y alcohol, así como hacer ejercicio cardiovascular diariamente.
Consideraciones finales
Si sabes que tienes el colesterol alto y esto está perjudicando tu vida sexual, acude con el especialista en andrología para que evalúe tu situación y te dé tratamiento para ambas afecciones.
Los fármacos vasodilatadores, farmacoterapia intracavernosa con fórmulas magistrales o la terapia de ondas focales, son tratamientos que han demostrado su eficacia en miles de pacientes y les han devuelto la capacidad de disfrutar de relaciones sexuales completas y satisfactorias.
¡Nos reencontramos en el próximo artículo!
Artículo validado por Juan Manuel Martinez Preciado, Médico Cirujano con Maestría en Sexología clínica, epidemiólogo, integrante del grupo de dirección médica internacional Boston Medical Group.
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