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Cáncer de próstata en hombres jóvenes. Los trastornos sexuales que causa el tratamiento, tienen solución

El alto número de búsquedas de cáncer de próstata en Google, indica que es un tema que preocupa mucho a los hombres de todas las edades. Según la Dra. Kathleen Cooney, investigadora del Centro Integral de Cáncer de la Universidad de Michigan, el cáncer de próstata en hombres jóvenes ha incrementado su incidencia hasta 6 veces más en los últimos 20 años. Si para un adulto mayor un diagnóstico de cáncer es devastador, para un hombre en edad productiva y con gran actividad sexual, representa un reto aún más grande. La buena noticia es que siempre hay formas no sólo de salvar la vida, sino de recuperar el goce de las relaciones sexuales adaptándose a las nuevas circunstancias. Los trastornos sexuales que causa el tratamiento de cáncer de próstata, tienen solución. Así que ánimo. Este no es el fin de tu vida sexual.

El diagnóstico del cáncer

Recibir un diagnóstico de cáncer vuelve la vida de cabeza. De pronto, todos los planes, los hábitos, la cotidianeidad, la paz, la familia, el trabajo y desde luego, el sexo, se ponen en pausa, hasta que la persona pueda asimilar lo que le está ocurriendo, empiece el tratamiento y logre recuperarse. Muchas veces, una cirugía debe realizarse de forma inmediata, sin dar tiempo a pensar en lo que pasará después. Sin embargo, el paciente tiene derecho a saber qué ocurrirá con todos los aspectos de su vida, particularmente, las relaciones sexuales. Pero no debe asumir que su proveedor de salud, se lo informará. Es necesario hacer preguntas, olvidar el pudor y ser muy claros. 

El cáncer puede cambiar la fisonomía y la función del cuerpo, especialmente el cáncer de próstata en los hombres. Pero no hay por qué alarmarse, más que una renuncia, será una adaptación a las nuevas circunstancias. De la mano de un experto en salud sexual masculina, es perfectamente posible volver a tener una vida sexual completa y satisfactoria.

Una de las preocupaciones que surgen a raíz de un diagnóstico de cáncer -obviamente, después de la prioridad, que es salvar la vida- son los cambios físicos, como la pérdida del cabello, de alguna parte del cuerpo y las alteraciones de la función sexual o reproductiva. Pero los temores se despejan cuando se tiene la información necesaria.

Siendo éste un blog de sexualidad masculina, centrémonos en un tipo de cáncer que es el más común en hombres y que mayores consecuencias puede traer a la vida sexual: cáncer de próstata.

El cáncer de próstata en hombres jóvenes

De acuerdo con información del Grupo Español de Pacientes con Cáncer (GEPAC) para Radiotelevisión Española hay cada vez más casos (de cáncer) en personas más jóvenes, que rondan los 50, justo cuando son activos laboralmente, sexualmente y con unas expectativas de vida mayor.

La Sociedad Americana de Cáncer estima que en 2014, se diagnosticaron en los Estados Unidos casi 241,740 casos de cáncer de próstata, y de éstos, el 10 % fue de inicio temprano, hablamos de casi 24,000 hombres jóvenes. Extrapolando esta información a México, se podría calcular una incidencia de 108,000 pacientes con cáncer de próstata en 2015; cerca de 10,000 de éstos, en hombres jóvenes.

Se sabe que el cáncer de próstata muchas veces es asintomático, por eso es común que los primeros síntomas como incontinencia urinaria, interrupción del chorro de orina, aumento de la frecuencia de la micción, dificultad para orinar o ardor al hacerlo, no se asocien en primera instancia con esta enfermedad. Podríamos pensar más en una infección, por ejemplo. Pero ante cualquier anomalía, se debe acudir con el urólogo, este profesional de la salud deberá ordenar de inmediato los análisis que descarten o confirmen el cáncer de próstata.

Las pruebas más usadas son la del antígeno prostático en sangre (PSA), la información sobre la historia clínica del paciente y desde luego, exploración rectal.

Es probable que el aumento en los reportes de casos de cáncer de próstata en hombres jóvenes, se deba a que hoy en día se realizan más pruebas, lo cual representa mayores oportunidades de supervivencia al ser detectado en etapas tempranas. La intervención oportuna permitirá tener más opciones de tratamiento, salvar la vida y recuperar lo antes posible, la función sexual.


Ya hemos publicado varios artículos acerca de los trastornos sexuales causados por los tratamientos del cáncer de próstata. La cirugía radical de la próstata, radioterapia, quimioterapia, braquiterapia (implantes de semillas radiactivas en la glándula prostática para destruir las células del cáncer) o criocirugía (frío extremo con el mismo fin), tendrán secuelas en la función eréctil y/o el deseo sexual de los pacientes. Sin embargo, la ciencia y la medicina especializada en sexualidad masculina, ofrecen tratamientos cada vez más eficaces y modernos para que los hombres jóvenes que padezcan cáncer de próstata, no pierdan esa parte de la vida que es fundamental para el equilibrio y la felicidad.

Afirma Julio Zarco, profesor de Psiquiatría y Psicopatología de la Universidad Complutense, que existen excelentes tratamientos para, además de curar el cáncer, lograr el menor grado de alteraciones en la esfera sexual, ya que “en ocasiones no se tienen que manipular los nervios que transmiten señales para las erecciones. Y aun cuando esto fuese inevitable, es decir, que sí haya una disfunción orgánica como secuela del tratamiento del cáncer de próstata, también existen técnicas para mejorar la erección en pacientes recuperados.

Cuando el cáncer de próstata ocurre a hombres jóvenes que antes de la enfermedad no presentaban signos de disfunción eréctil, las probabilidades de recuperación sexual son altas; muchas veces, al terminar el tratamiento -siempre y cuando no se trate de una prostatectomía radical-, el cuerpo irá recuperando poco a poco sus funciones de forma natural, aunque siempre es recomendable la asesoría de un especialista en salud sexual masculina, algunos medicamentos o técnicas como la bomba de vacío, que puede ayudar a recuperar la elasticidad en los tejidos del pene para que el mecanismo de las erecciones no se atrofie.

También será necesario atender el estado emocional de la persona, ya que atravesar por una enfermedad que amenaza la vida y los tratamientos tan agresivos, producirán cambios en la autoimagen y el ánimo. Malestares como cansancio, náuseas, problemas intestinales o de vejiga, dolor, problemas en la piel u otros cambios en la apariencia como la pérdida del cabello, pueden afectar también de forma importante, la vida sexual. 

La mayoría de los hombres que se someten a cirugías para extirpar algún tipo de cáncer (próstata, vejiga, colon, etc.), presentarán algún grado de disfunción eréctil. Pero soluciones como la farmacoterapia intracavernosa (inyecciones o supositorios aplicados directamente en el pene), o bombas de vacío, entre otras opciones, pueden ser la solución para volver a tener relaciones sexuales completas y satisfactorias.

El pene puede rehabilitarse, y mientras más pronto se inicie -una vez superada la urgencia de salud-, mejores serán los resultados. Si un hombre incluso, sano, no tiene una erección durante largo tiempo, los tejidos del pene podrían debilitarse y perder su elasticidad, o el flujo sanguíneo podría ser afectado. 

Los expertos en salud sexual recomiendan promover las erecciones, de ser posible, meses o semanas después de la cirugía para estimular el flujo sanguíneo alrededor de los nervios del pene y ayudar así a la rehabilitación. A esto se le conoce como rehabilitación peneana o eréctil. 

En el caso de la quimioterapia, que afecta a todo el organismo, es muy probable que haya una pérdida importante del deseo o dificultad para lograr la erección. También existe la posibilidad de que algunos medicamentos usados en quimioterapia, reduzcan los niveles de testosterona. De ser así, sólo busca la asesoría de un urólogo que te oriente o pregunta al médico que te está tratando. Normalmente, una vez finalizado el tratamiento, los niveles de testosterona se regularizan y podrás recuperar la función sexual.

Si el tratamiento incluye radiación, es importante saber que ésta puede lesionar los nervios de la región pélvica o bloquear el flujo sanguíneo hacia el pene, debido a que los vasos sanguíneos pierden su capacidad de estirarse por el tejido cicatricial en y alrededor de los vasos. También puede disminuir el nivel de testosterona. Habla con tu médico acerca de las opciones para minimizar los efectos sexuales o recuperar, una vez concluido el tratamiento, la función eréctil.

La asesoría sexológica también es una magnífica herramienta para ayudar al paciente y su pareja, a volver a tener relaciones sexuales satisfactorias después del cáncer de próstata.

¿Qué pasa con la función reproductiva?

Cuando hablamos de cáncer de próstata en hombres jóvenes, nos referimos a personas entre los 40 y 55 años. A esta edad, por lo general ya habrá pasado la etapa de formar una familia. Los casos de cáncer prostático en hombres en la tercera década de vida, son sumamente raros.

Según la Revista Mexicana de urología en su artículo “Cáncer de próstata en hombres jóvenes”, típicamente, las principales décadas de presentación y diagnóstico del cáncer de próstata son entre los 70 y 80 años de edad. Sin embargo, pacientes con familiares cercanos (hermanos y/o padres con cáncer de próstata), tienen la posibilidad de ser diagnosticados de 2 a 3 veces más con esta patología. De ahí que se pueda presentar cáncer en hombres menores de 50 (incluso desde los 40 años), si existe el antecedente de un familiar.

En la próstata se produce el líquido prostático, una secreción que forma parte del semen y contiene un gran número de sustancias que proporcionan, junto con el líquido seminal, nutrientes y un medio adecuado para la supervivencia de los espermatozoides. 

Cuando la próstata se extrae quirúrgicamente o se ve afectada por un tratamiento de radiación o quimio, es probable que se produzca infertilidad. Afortunadamente, existen otras posibilidades de ejercer la paternidad o incluso de engendrar en algunos casos, recurriendo a técnicas de reproducción asistida.

En resumen, el cáncer de próstata en hombres jóvenes tiene un factor de riesgo determinante: la genética. 

El diario El País, publicó en 2015 una interesante cronología de “el ciclo de la próstata” según cada edad.

Síntomas de cáncer de próstata

En sus primeras etapas, el cáncer de próstata puede ser asintomático. Es recomendable que, ante cualquier cambio en la micción, se busque revisión médica, ya que algunos de los siguientes síntomas, suelen presentarse en un estado avanzado de la enfermedad. (Mayo Clinic).

  • Problemas para orinar.
  • Disminución en la fuerza del flujo de la orina.
  • Sangre en la orina.
  • Sangre en el semen.
  • Dolor de huesos.
  • Pérdida de peso sin motivo.
  • Disfunción eréctil.

30 años

No te preocupes demasiado. Levantarte al baño por las noches puede deberse más al exceso de líquidos o a una infección que a cáncer de próstata. De cualquier forma, si tienes antecedentes familiares, nunca bajes la guardia. Revísate.

La prostatitis (inflamación de la próstata) sí puede aparecer a cualquier edad. Si llegas a tener síntomas como molestias permanentes o fiebre alta, acude al doctor. Pero, insistimos, el cáncer de próstata no suele darse en esta etapa de la vida. Así lo explica Ignacio Pascual Piedrola, director del departamento de urología de la Clínica Universitaria de Navarra: “Para estos varones todavía no es necesario hacer revisión preventiva de cáncer de próstata. A esta edad solo lo presentan el 2%. En el caso de tener antecedentes familiares genéticos deberían realizar una primera consulta a los 40 años”.

40 a 50 años

Podrían empezar a aparecer síntomas de anomalías, por eso se recomienda que, a partir de esta edad, los hombres programan visitas al urólogo, y si el médico lo considera conveniente, se realicen pruebas para la detección precoz del cáncer de próstata

Las consultas pueden ser anuales o cada dos años, dependiendo de los resultados de las pruebas de PSA (antígeno prostático), tacto rectal y ecografía prostática o una vez más, si hay antecedentes en familiares directos.

Recuerda que factores como la obesidad, la ingesta de grasas, las nitrosaminas de la carne, el tabaco o el alcohol y el sedentarismo (que congestiona la próstata) pueden favorecer su presencia.

65 años o más

De los 65 a los 70 años en adelante es cuando, por lo general, más ha aumentado el tamaño de la próstata y, por tanto, se registran más problemas.

A estas alturas, los chequeos médicos deben ser ya rutinarios. En caso de enfermedad, es muy importante informarse sobre las opciones y efectos. 

Ningún hombre, joven o mayor, tendría por qué sufrir en solitario los efectos del cáncer de próstata. No somos menos viriles por el hecho de tener que adaptarnos a algunos cambios para llevar una vida sexual plena.

Ya vimos que los trastornos sexuales que causa el tratamiento de cáncer de próstata, tienen solución.

Si tienes dudas acerca de cómo el cáncer de próstata puede afectar tu vida sexual, acércate a un experto en salud sexual masculina y procura que el abordaje sea tanto a nivel físico como psicológico.

Hay que trabajar ambos aspectos porque la vida sexual no se acaba debido al cáncer ni a ninguna otra enfermedad. 

Afirma la psico-oncóloga Carmen Yélamos en la revista Haciadelante, especializada en temáticas relacionadas con el cáncer de próstata y avalada por el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid (COFM), la Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR) y del Grupo Español de Oncología Genitourinaria (SOGUG): “El placer y la satisfacción son posibles incluso si algunos aspectos de la sexualidad han cambiado. Es importante no centrarse en la búsqueda del orgasmo sino en disfrutar de la experiencia y mantener una buena comunicación con la pareja”.

Prevención del cáncer de próstata

El cáncer de próstata no es predecible, no hay manera de prevenirlo con seguridad, ya que hay factores de riesgo que no son controlables, como la edad, la raza o los antecedentes familiares. 

Como ya explicamos, tampoco hay estudios concluyentes acerca de cuáles son las causas de un crecimiento desordenado de las células prostáticas. Sin embargo, los médicos coinciden en que algunas medidas como cambios en la alimentación y el control de peso, podrían reducir el riesgo de padecer esta enfermedad.

Según Mayo Clinicuna dieta con bajo contenido de grasa podría ayudar a disminuir el riesgo de cáncer de próstata. Aunque también advierte que esto no está comprobado por suficientes estudios. Reducir el consumo de alimentos que contienen altas cantidades de grasa como carnes rojas, nueces, aceites o lácteos, tiene beneficios comprobados como bajar de peso, mejor digestión y salud del sistema cardiovascular.

Además, el Instituto Nacional del Cáncer (USA) indica que las comidas fritas contienen un químico llamado acrilamida, una sustancia química que se crea de forma natural en productos alimenticios que contienen almidón (como las papas fritas) durante procesos de cocinado a altas temperaturas y se ha asociado al cáncer.

Otros alimentos que contienen acrilamida son las galletas y pan, cereales de caja, aceitunas negras en lata, jugo de ciruela y café. El humo de tabaco es una de las principales fuentes de exposición a la acrilamida.

  • Lácteos. Indica la American Cancer Society que “en algunos estudios, se ha descubierto un mayor riesgo de cáncer de próstata en hombres que tienen una alimentación con un alto contenido de productos lácteos ricos en calcio.” Por lo que puede que sea aconsejable limitar también el consumo de suplementos de calcio, así como la cantidad de los alimentos ricos en este mineral, a menos que el médico lo recomiende. 
  • Más frutas y verduras. Las frutas y verduras tienen muchas vitaminas y nutrientes que se cree, ayudan a reducir el riesgo de desarrollar cáncer de próstata, aunque las investigaciones no han demostrado que ningún nutriente en particular garantice este efecto. Consumir variedad de frutas, verduras y cereales integrales, sin duda mejora el estado de tu salud en general.

La sociedad americana contra el cáncer informa que, en algunas investigaciones recientes, se están evaluando los posibles beneficios de las proteínas de soja (isoflavonas) en la reducción del riesgo de cáncer de próstata. 

  • Mantén un peso saludable. Si tu peso actual es saludable, mantenlo eligiendo una dieta equilibrada y haciendo ejercicio diario. Si necesitas bajar de peso, aumenta la cantidad de ejercicio y reduce la cantidad de calorías que comes al día. Pídele a tu médico que te ayude a crear un plan para lograrlo de manera sana.
  • Habla con tu médico. Si eres una de las personas con factores de riesgo para cáncer de próstata -como familiares directos que hayan padecido esta enfermedad- platica con tu médico acerca de considerar medicamentos u otros tratamientos que puedan reducir el riesgo. 

Mayo Clinic y la AMS coinciden en que los inhibidores de la 5-alfa-reductasa (una enzima en el organismo que transforma la testosterona en dihidrotestosterona (DHT), hormona principal que causa el crecimiento de la próstata) como la finasterida dutasterida, bloquean la producción de DHT. Son medicamentos se utilizan para tratar la hiperplasia prostática benigna (BPH).

Debes saber que estos fármacos pueden causar efectos secundarios en tu vida sexual, como disminución de la libido o disfunción eréctil, así como ginecomastia (crecimiento del tejido mamario en hombres). Por otro lado, pueden ayudar con algunos problemas urinarios causados por la BPH.

La Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) no aprueba estos medicamentos específicamente para prevención del cáncer de próstata, aunque algunos médicos llegan a recetarlos fuera de las indicaciones autorizadas (“off label”) para este uso. 

¡Hasta pronto!

Artículo validado por el Dr. Jesse Jarrod Jimenez, Médico Especialista en Cirugía General, Urología, Andrología y Medicina Sexual de Boston Medical Group en México, Monterrey. 

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