¿Sabías que el intestino es nuestro “segundo cerebro”?
El intestino actúa de forma independiente al sistema nervioso central, por eso es llamado “el segundo cerebro”. Su complejo funcionamiento y la fauna microbiana que alberga, influyen en el bienestar integral de una persona, incluida la salud sexual. ¿Qué tan directa es esta relación? Entérate en este artículo cómo el “segundo cerebro” influye en nuestro sistema inmunológico y en la vida sexual.
Nuestra alimentación y salud sexual están estrechamente ligadas. Ya hemos publicado varios artículos al respecto. Sin embargo, en los últimos años, se han encontrado funciones mucho más importantes del sistema digestivo, más allá de procesar los alimentos.
¿Por qué el intestino es nuestro “segundo cerebro”?
En septiembre del 2021, se publicó un estudio denominado Circuit-specific enteric glia regulate intestinal motor neurocircuits (La glía entérica específica del circuito regula los neurocircuitos motores intestinales) dirigido por el Dr. Brian Gulbransen, miembro del Departamento de Fisiología de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad de Michigan.
Gulbransen habla en este estudio de la función del sistema nervioso entérico (SNE) “una subdivisión de sistema nervioso encargado de controlar directamente nuestro sistema digestivo. El SNE es un sistema local, organizado y con capacidad de operar de manera autónoma, compuesto por una red de unos 100 millones de neuronas.”
Como mencionamos al inicio, el SNE es independiente del Sistema Nervioso Central (SNC), es decir, nuestro intestino podría realizar muchas de sus tareas habituales incluso si de alguna manera se desconectara del SNC.
“Es un segundo cerebro en nuestro intestino, una extensa red de neuronas y células de glía que recubre nuestro sistema digestivo”, explica Gulbransen.
Como sabemos, las neuronas son las principales células del SNC, al ser las que conducen las señales eléctricas dentro de éste. Las células de glía, por otra parte, no son eléctricamente activas, pero la teoría indica que estas células “brindan un apoyo pasivo a las neuronas cerebrales”.
El estudio demostró que las células gliales desempeñan un papel mucho más activo en el SNE, “actuando de una manera muy precisa para influir en las señales transportadas por los circuitos neuronales.”
La investigación está enfocada básicamente en encontrar nuevos tratamientos para algunas enfermedades como el síndrome del intestino irritable y otros problemas de salud -donde la glía podría estar involucrada- como los trastornos de la motilidad intestinal (estreñimiento) y la pseudo-obstrucción intestinal crónica, una sección del intestino que deja de funcionar, sin que exista una obstrucción como tal.
¿Cómo interfiere el intestino en la función sexual?
La revista Elsevier Gastroenterología y Hepatología, publica un estudio llamado “Impacto de la enfermedad inflamatoria intestinal sobre la función sexual” realizado por investigadores del Servicio de Gastroenterología del Hospital Universitario de Guadalajara, España y del Hospital Universitario Ramón y Cajal, Madrid, España (2009).
Es un hecho que la enfermedad inflamatoria intestinal disminuye la calidad de vida de una persona. Lo que no es tan conocido, es que esta patología también impacta en la salud sexual.
Factores como la inflamación, el estado de ánimo derivado del constante malestar, así como las enfermedades concomitantes, terminan alterando la función sexual.
Las disfunciones sexuales en pacientes con enfermedades digestivas, se ha estudiado poco, según los autores de esta investigación. Sin embargo, los trastornos sexuales están presentes entre el 43 y 83% de los pacientes con síndrome de intestino irritable. Un porcentaje muy alto para no tomarlo en cuenta.
Asimismo, se ha registrado un aumento de disfunciones sexuales en pacientes sin tratamiento para enfermedad por reflujo con respecto a grupos de control y también una mejoría en las disfunciones sexuales en pacientes que han llevado una dieta libre de gluten.
Existen pocos datos sobre sexualidad en personas que padecen colitis ulcerosa (CU) y varones con Enfermedad de Crohn (EC). Pero uno de los estudios que evalúa hombres con Enfermedad Inflamatoria Intestinal y mujeres con CU, revela que existen numerosas razones por las que los pacientes “ven alteradas sus relaciones sexuales, incluyendo el miedo a la incontinencia (20%), el dolor abdominal (15,3%) o la preocupación por la proximidad del baño (12,9%)”.
“Alrededor de 50% de los participantes del estudio, afirmaron que sus problemas intestinales afectaban de forma negativa su sexualidad, cifra que asciende a 69% cuando la enfermedad inflamatoria está activa”.
Las bacterias del intestino son clave para la salud sexual
Según la revista digital Psychology Today, el intestino desempeña varias funciones importantes asociadas a la salud sexual. Por ejemplo, la microbioma intestinal, que regula las hormonas y neurotransmisores, incide directamente en la función sexual.
Los fármacos tradicionalmente usados para solucionar el deseo sexual hipoactivo, la disfunción eréctil o los trastornos del orgasmo, entre otras disfunciones sexuales, suelen actuar sobre el sistema circulatorio como vasodilatadores o bien sobre las hormonas y químicos cerebrales.
Tal es el caso de la dopamina, norepinefrina, melanocortina, la oxitocina y vasopresina, que intervienen en la fase de excitación sexual; o la serotonina, los opioides, la prolactina y el sistema cannabinoide endógeno que regulan la inhibición sexual.
Pero hay un factor que, hasta ahora, empieza a cobrar mucha más importancia en la salud sexual: el microbioma intestinal.
El microbioma se define como los “microbios comensales, el material genético bacteriano, las actividades microbianas funcionales y los ecosistemas en constante cambio de otras células, virus y bacterias, que son un componente integral de la salud y el bienestar general”.3
Según Psychology Today, “un microbioma intestinal desequilibrado se asocia con innumerables síntomas relacionados con las hormonas, los neurotransmisores y la salud inmunológica.”
Con base en esto, se puede inferir que “las bacterias intestinales pueden servir como una potente diana terapéutica para abordar la disfunción sexual. Esta relación se conoce como la conexión intestino-sexo”.
De acuerdo con este medio, un estudio de casos controlados (2021 Journal of Medical Internet Research), reveló una relación entre ciertos microbios y los niveles de serotonina, en consecuencia, la pérdida del deseo sexual.
Dicho estudio recogió muestras de 24 mujeres con trastorno de deseo sexual hipoactivo (TDSH) y 22 controles sanos. “Los resultados revelaron firmas metabólicas y composición bacteriana alteradas en mujeres con TDSH, en comparación con sujetos de control…las mujeres con TDSH tenían una menor cantidad de la especie Ruminococcaceae, asociada con el impulso sexual y niveles sumamente elevados de especies específicas de bacterias productoras de ácido láctico (BAL).”
En cuanto a los hombres con disfunción eréctil, se reporta un estudio al respecto en Translational Andrology and Urology, realizado con el fin de identificar una correlación entre la diversidad de la microbiota intestinal y la disfunción eréctil.
Se recogieron muestras de 30 pacientes con DE y 30 sujetos de control. ¿El resultado? Los individuos con DE presentaron una diversidad microbiana intestinal significativamente menor en comparación con los controles.
“La microbiota intestinal puede regular la función eréctil masculina al regular los niveles hormonales, los mediadores inflamatorios y otros factores”, afirman los autores del estudio.
Según estos investigadores, la función eréctil puede ser afectada “por una interacción entre las hormonas sexuales (y no sexuales), el bienestar emocional, los factores neurológicos, la inflamación y otros factores relacionados con medio ambiente, los genes y la dinámica social.” Conclusiones que concuerdan con el estudio de Elsevier Gastroenterología y Hepatología.
La importancia de la alimentación en nuestra salud sexual
La doctora Megan Rossi, especialista en salud intestinal, explicó a la BBC el porqué es importante lo que comemos y cómo afecta al llamado “segundo cerebro”.
El sistema nervioso entérico (SNE) se comunica con el SNC a través de los sistemas simpático y parasimpático.
Según Rossi, 70% de las células de nuestro sistema inmune vive en el intestino, lo que es clave para protegernos contra las enfermedades.
Tener problemas intestinales nos hace más vulnerables a enfermedades comunes como una la gripe y otras más complejas que pueden afectar nuestra salud sexual. La experta también afirma que, “cuanto más diversificada es nuestra dieta, más diverso el microbioma”.
Estos microbios permiten a nuestro cuerpo absorber los nutrientes de los alimentos. “Distintos microbios prosperan con distintos alimentos y por eso el microbioma intestinal mejora con una dieta diversa”, afirma Rossi.
Un microbioma rico y variado representa una mejor salud intestinal y en consecuencia, un mayor bienestar general.
Otro aspecto importante es que el intestino está ligado al estado de ánimo y el estrés. Y aquí un dato sorprendente: se estima que entre 80% y 90% de la serotonina en nuestro cuerpo, se encuentra en el tracto gastrointestinal.
La serotonina, se sabe, está asociada a muchos trastornos psiquiátricos. A mayor estrés, menos serotonina, produciendo padecimientos como ansiedad y depresión.
Afirma la doctora, que “estudios con humanos y animales han mostrado evidencias de diferencias significativas en el microbioma intestinal de los sujetos con trastornos mentales como la depresión. Por eso un área incipiente de investigación psiquiátrica tiene que ver con la prescripción de “psicobióticos“: un cóctel probiótico de bacterias saludables, para mejorar la salud mental.”
Algunas acciones que se pueden llevar a cabo para mejorar la salud intestinal, indica Rossi, son:
- Llevar una dieta diversa para diversificar el microbioma intestinal.
- Controlar el estrés con técnicas como yoga o meditación y desde luego, una alimentación sana, con menos cafeína y azúcares.
- Si se padecen problemas intestinales lo mejor es evitar el alcohol, la cafeína y las comidas irritantes.
- Un descanso adecuado. Cuando se alteran los patrones de sueño, también se interrumpe la adecuada función de los microbios intestinales.
Mejor alimentación, mayores niveles de testosterona
Es bien sabido que el deseo, las erecciones, la eyaculación y la fertilidad, dependen de la hormona testosterona.
Los expertos en salud sexual masculina indican que hay una estrecha relación entre la alimentación saludable y la testosterona. Los alimentos que contienen zinc, omega 3, cafeína, flavonoides, capsaicina, citrulina, betacarotenos o los nitratos (contenidos en el betabel), incrementan los niveles de testosterona.
Puedes seguir este enlace para conocer más sobre el tema: Alimentos perjudiciales para tu vida sexual vs. alimentos que mejoran las erecciones
Como hemos informado en otros artículos, alrededor de los 40 años, los niveles de testosterona de los hombres empiezan a descender. Shalender Bhasin, profesor de medicina en Harvard y director del Programa de Investigación en Salud Masculina, afirma que “la trayectoria de la caída de la testosterona es más pronunciada entre los hombres que ganan mucho peso”.
Consideraciones finales
En conclusión, podemos afirmar que la comida es una fuente de felicidad, no sólo en el sentido de darnos gusto con aquellos alimentos que nos deleitan el paladar, aunque no sean los más saludables.
La alimentación sana y equilibrada, que contiene los nutrientes necesarios para que el cuerpo funcione adecuadamente, también eleva nuestros niveles de testosterona, de neurotransmisores y de flora intestinal, que regula la función digestiva.
Cuando el corazón, los vasos sanguíneos, el hígado, los riñones, el páncreas y sobre todo, el cerebro, están sanos, la salud sexual está garantizada.
La actitud “gourmet en la sexualidad” implica disfrutar del olor de tu pareja, de tocarla, mirarla, saborear sus besos…
“Antes de empezar a meterte pastillas (suplementos para el desempeño sexual) que no sabes lo que contienen y sin estudios científicos que respalden su efectividad, prueba tener más recursos eróticos”, recomienda López Peralta.
Un buen inicio es llevar una alimentación sana, cuidar la salud tanto de nuestros genitales como del intestino, el “segundo cerebro”.
Con base en esto, el mejor consejo que podemos darte para cuidar tu salud sexual es, ¡aliméntate sanamente!
¡Nos reencontramos en el próximo artículo!
Artículo validado por Juan Manuel Martinez Preciado, Médico Cirujano con Maestría en Sexología clínica, epidemiólogo, integrante del grupo de dirección médica internacional Boston Medical Group.
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